EL TIEMPO DE CONFINAMIENTO

¿Como hemos vivido los seminaristas el confinamiento?

 

Durante este tiempo de encerramiento por el Coronavirus, los seminaristas hemos estado en nuestras casas con nuestras familias. Dentro la situación particular de cada uno, todos coincidimos en lo mismo: Ha sido un tiempo muy fuerte para escuchar al Señor, para buscar su voz.

 

Como los israelitas en el desierto, alejados como todos de nuestra normalidad, hemos tenido tiempo (y mucho) de rezar, de hacer silencio, y ahí es donde Dios habla fuerte. Sin actividades, distracciones ni ruidos, sin excusas ni defensas. Solos Dios y cada uno. Ha sido momento de conocer nuestro corazón, nuestros miedos, debilidades, apegos, infidelidades,.. pero también de ver lo mucho que Dios nos quiere así, pequeños. y de volver a vivir la gratuidad con la que quiere regalarnos su amor. Sin méritos ni cumplimientos. La Paz y la alegría absoluta a cambio de nuestro corazón pequeño y pobre. Ese es el trato que viene a hacer Dios con nosotros.

 

 

Por nuestra parte, la Iglesia nos pide que sigamos estudiando, que ayudemos en lo que nos necesiten, y que recemos por todo el sufrimiento que ha dejado y sigue dejando esta pandemia.

 

Le pedimos al Señor que siempre podamos ver su rostro de Padre, incluso en los mayores momentos de oscuridad y duda. “Espera en Dios, que volverás a alabarlo,  salud de mi rostro, Dios mío”

 

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